El aumento de madres reproductoras mejoran la supervivencia de la raza de vaca menorquina
El censo de 2020 muestra cómo el crecimiento de ejemplares femeninos en edad reproductora va en aumento, a pesar de la pandemia y la bajada de venta generalizada de productos cárnicos.
La vaca menorquina recupera terreno, incluso en momentos de pandemia. Los valores ecológicos surgidos durante el confinamiento han favorecido el consumo de producto local de calidad, aunque se ha notado la bajada de actividad del sector de la restauración, ventana importante para dar a conocer la carne menorquina. Aun así, el censo de 2020 demuestra que el interés por la raza por parte del sector primario, va en aumento.
Crecimiento lento pero firme
Respecto del año 2019, la vaca menorquina cuenta con 75 madres reproductoras más. Hay que apuntar que en 2001, momento en que se empieza a hacer el seguimiento de la evolución de la raza, había sólo 210. El total de madres reproductoras contabilizadas en 2020 es de 1.251.
En cuanto a toros, el crecimiento es más pequeño por dos razones. La primera, que es el ternero macho el que se destina principalmente al consumo humano, y el crecimiento de la población es más pequeño. La segunda razón reside en el hecho de que, para conseguir variedad genética, son muchos los ganaderos asociados que hacen cambios de toros cada cierto tiempo. Además de contar con toros que son propiedad de la Asociación, y que se destinan a la inseminación en fincas donde no cuentan con bravo propio o quieren diversificar la genética de sus animales.
En este contexto, lo que sí destaca es el nacimiento de terneros para consumo humano, que ha sido de 732 animales. También destacan los 839 nacimientos totales de 2020.
Así, durante el 2020 se contabilizaron 2.411 animales de raza bovina menorquina, frente a los 2.264 del 2019. Lo que supone 2.000 animales más que hace 20 años.
Diversificación del producto y conservación del medio, atractivos de la vaca menorquina
Es patente el creciente interés del sector del campo menorquín por esta raza, que en estos momentos ofrece al mercado tres productos bien diferenciados: carne, queso y helado, que se puede identificar bajo la marca Roja Menorquina. Aunque no es un animal grande productor de leche, la calidad que ofrece la vaca menorquina es muy valorada por la elaboración de productos lácteos. Esta calidad, dada principalmente por una proteína presente en la leche de la vaca menorquina, diferencian los quesos y el helado con una cremosidad mayor, valorada por las fincas productoras de estos productos.
Por otra parte, la fortaleza de la raza derivada de la adaptación al entorno de Menorca, hacen que sea un animal más fácil de mantener. Se alimenta de lo que encuentra incluso en la marina, y no depende sólo del pasto verde. El hecho de ser raza autóctona también la ha preparado para tolerar mucho mejor las condiciones del clima menorquín, por lo que las enfermedades y problemas de salud entre estos animales es mucho menor a otras razas venidas de fuera.