Una mirada menorquina a la feminidad a través de la pintura
Itziar Lecea
Menorca está plagada de artistas. Algunos de ellos, con una trayectoria reconocida y duradera, que se adapta a los tiempos y temas más actuales.
Es el caso del pintor Pacífic Camps, que con su última exposición muestra qué es para él el mundo femenino.
¿Te atreves a adentrarte en la parte más íntima de este artista?
Con respeto, veneración y desde un punto de vista muy personal, Pacífic Camps expone y explora la esencia femenina a través de mujeres que él mismo conoce y que sirven de molde universal.
Su difunta mujer, su actual pareja y una modelo que la ha fascinado por su historia personal forman parte de las obras que este artista consolidado de Ciudadela ha expuesto en la sala El Roser. Y entre todas estas mujeres, una reflexión de fondo: la capacidad creadora del género femenino frente a la destrucción y el caos que siembra el hombre.
Es por eso que, a pesar de mantener algunas secciones de la muestra con vivos colores y temáticas más bien alegres, Camps ha introducido la violencia de género y el maltrato como temas clave en esta exposición.
Lo más curioso es que pareció adelantarse hace años a un tema que ahora mismo abre informativos y está en boca de todos, pues los cuadros que cuelgan del Roser son una recopilación de obras antiguas.
Sin embargo, la visión que el autor da al espectador está matizada, difuminada. Con la clara intención de que sea la propia persona que contempla su obra la que termine el discurso y lo adapte a su experiencia. Así encontramos obras poco definidas, más conceptuales que representativas, donde la sutileza deja volar la imaginación del espectador. No verás dibujado el sexo femenino. Pero está allí.
Ni verás una mujer desesperada tras repetidos maltratos. Pero también está allí.
El artista se ha valido también de numerosos elementos de la naturaleza para relatar su discurso sobre la feminidad. Flores, raíces, el mar, paisajes de ensueño sirven de contexto a las diferentes aproximaciones que Camps ha hecho de la mujer. Así, en las flores representa la parte íntima, el sexo. Las raíces, los árboles, forman la idea de arraigo de la mujer a un territorio, mientras el hombre vaga por el mundo.
El mar, o la mar, cobra especial protagonismo en el centro de la exposición. El agua como cáliz de vida y cuna de la civilización que nos dio forma. Y los paisajes de ensueño, que miran hacia las estrellas, en los que Camps hace un pequeño homenaje a su difunta mujer.
Paisajes escondidos
Enamorado de los bosques y pinares de Menorca, Camps utiliza algunas referencias para crear sus obras.
Así, la zona de Es Pinaret, en Ciudadela, protagoniza algunos fragmentos de la exposición. También la Sierra de Tramontana, en Mallorca, forma parte de la muestra.
¿Te apetece perderte un rato entre las paredes de la feminidad?