Un alma ligada a Menorca
By Itziar Lecea
Menorca es prolífica en artistas de todo tipo. Algunos de ellos beben de antiguas tradiciones y se valen de sus manos para trabajar bellas artesanías, donde el límite del arte y el utensilio se desdibujan en formas atemporales.
Es el caso de la ceramista María García, quien, aun habiendo nacido fuera de la isla, lleva toda su vida en ella.
Sus piezas, hechas a base de fango de gres y fango refractario, conducen al espectador a un tiempo pretérito, pero a la vez indefinido, que conjuga con la misma esencia de la artista y con la isla.
“Me siento inspirada por la tierra, por las formas naturales, por las piedras, que siempre han sido fieles compañeras desde que era pequeña”, dice. Recuerda como sus numerosos hermanos destrozaban los caminos de piedras que Maria edificaba en su casa cuando era una niña. “Pero yo volvía a construirlos otra vez, una tras otra”.
El barro y la figura redonda, constantes en la carrera de la ceramista
La constancia en el trabajo es algo que caracteriza a García, quien pisa el taller “cuando es el momento”.
Sin embargo, su mente, siempre inquieta, vaga en cada conexión con la naturaleza, en busca de una historia que contar a través de patrones.
“Me llama mucho la atención la forma de espiral. Incluso cuando no estoy haciendo nada, sumida en mis pensamientos, dibujo sin quererlo espirales”.
Esta forma, que encontró Maria en la concha de un caracol de mar, es la huella que ha dejado a modo de patrón en una de sus nuevas piezas, y que ha podido verse en Es Mercadal hace pocas semanas.
“Siento que la naturaleza me brinda una conexión con la historia antigua, con nuestros ancestros. Siempre me ha gustado la arqueología, me fascina este mundo. Con las piezas de esta última muestra todavía no lo haré.
Pero tengo en mente un proyecto, una última exposición, en la que los beneficios de la venta irán a una ONG y las piezas que queden sin vender las romperé y las enterraré hondo. Para que los arqueólogos del futuro puedan encontrarlas”, comenta.
Gran parte de la muestra de Es Mercadal se ha llenado con esas formas redondas, en patrones y volúmenes, de jarrones femeninos en curva y toscos en textura. “Mis jarrones son como yo soy: frágiles y fuertes a la vez”, dice la ceramista.
En el otro extremo, están la suavidad y la estridencia de los platos, de vivos colores salidos de la técnica del esmaltado.
“Tengo que tener mucho cuidado cuando hago estas piezas, porque un pequeño error de cálculo en la temperatura del horno o un tiempo demasiado largo, puede resultar en un desastre. O en algo totalmente inesperado e inspirador”.
Puedes encontrar las piezas de María García en:
Menorca Infinita y Kokulis World