Elena Castro nos cuenta su historia
Elena nos recibe con una gran sonrisa y nos muestra pinceladas de su experiencia en Menorca, que ahora es su hogar.
Profesora de inglés en la Escuela de Idiomas y amante de la naturaleza nos cuenta: “Al nacer nuestra pequeña, metimos todo en el coche y nos vinimos. El primer invierno fue duro económicamente, no conocíamos a nadie y nuestra hija tan solo tenía un año. Tuvimos que empezar de cero. Me saqué el carnet de conducir y empecé a dar clases particulares de castellano a extranjeros. Tras 10 años viviendo en Barcelona fue un gran cambio.”
¿Qué es lo más te atrajo de Menorca?
Su naturaleza paradisíaca. Binimel·là es mi lugar preferido, le tengo mucho cariño. Cuando llegamos, dábamos muchos paseos por esa zona.
En invierno, ¿a qué sueles dedicar tu tiempo?
Nos gusta caminar mucho y hacer excursiones siempre dentro de las posibilidades de mi pequeña. Por ejemplo, la ruta de las salinas de Addaia es de nuestras favoritas. La oscuridad es lo que más me costó aceptar durante el primer invierno, ya que las tardes son muy cortas. Sin embargo, lo que más me gusta del invierno es su tranquilidad.
¿Cuál es el plato que más te gusta de la isla?
El Oliaigua es uno de mis platos preferidos. No como carne así que las berenjenas a la menorquina me sorprendieron, me encanta que no lleven queso.
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En estos últimos cinco años ¿Has visto la isla cambiar?
Sí, la he visto cambiar. Hay más gente, incluso la sensación de calor es mucho mayor y el tráfico es insostenible. Es demasiado para la isla, hasta el punto de querer irme en verano.
¿Cómo ves el nivel de inglés en la isla?
En general muy bien. Es cierto que el nivel entre adolescentes es mayor, se nota que se enseña mucho mejor respecto a cuando nosotros éramos adolescentes.
¿Cómo te has adaptado a Menorca?
Siempre me he sabido adaptar al lugar en el que estoy. Al principio, es difícil ubicarse. La mayoría de gente con la que me relaciono, es de fuera de la isla o menorquines que han vivido fuera.
Es más fácil conectar, ya que todos estamos más o menos en la misma situación. A raíz de ello, he conocido gente muy linda y que comparte el amor por la isla. Tenemos muchas cosas en común.
De isla a isla: diferencia entre Tenerife y Menorca
El cambio de invierno a verano en Tenerife no es tan drástico como aquí en Menorca.
En Tenerife, al ser más grande, no existe la sensación de “vida de isla”. En cambio aquí, todo es más fácil y simple, los desplazamientos son muy rápidos y la naturaleza está cerca en todo momento.
Cuando me saqué el carné de conducir, me compré una furgoneta y con ella siempre conseguimos descubrir rincones nuevos.
