El “Efecto Menorca”
Hoy queremos hablaros de lo que nos gusta definir como «el Efecto Menorca«: esa sensación de calma y de profunda paz que empiezas a sentir cuando, después de unos días en la isla, tu cuerpo y tu mente comienzan a relajarse en contacto con tanta Naturaleza y Belleza.
Sí, claro, será porque las vacaciones son para todos un momento de pausa de los ritmos acelerados de la vida cotidiana pero, lo que muchos perciben en Menorca va un poco más allá de un simple descanso relajante.
Algunos menorquines afirman que este gran estado de tranquilidad viene de las grandes cantidades de cuarzo presentes en las rocas que componen la isla que, según ellos, deberían absorber las energías negativas que llevamos dentro. Nosotros no somos ni geólogos ni científicos que podamos confirmar o no esa teoría, pero nos apetece reportarla como una curiosa explicación brindada por algunos lugareños.
Otros, en cambio, nos han explicado que Menorca pertenece al signo astrológico de Tauro (por lo que las famosas táulas habrían sido altares construidos en honor a esta constelación) y que por ello la energía predominante en la isla sería lenta, estable y pasiva, capaz de permitirnos volver a entrar en contacto con los ritmos y los placeres más sencillos de la vida representados justamente por este signo.
En definitiva, sea o no por la geología o la energía intrínseca de la isla, para nosotros no cabe duda de que el efecto Menorca existe realmente.
Los síntomas del»Efecto Menorca»
Uno de los «síntomas» físicos que nos describen muchas personas que visitan la isla es una mayor necesidad de sueño que también afecta a quienes normalmente necesitan sólo de unas horas de descanso para regenerarse.
Otros en cambio nos cuentan que llegan con ganas de hacer muchas cosas, pero que en un par de días pierden el estrés de la ciudad y comienzan a sentir internamente un ritmo más tranquilo y moderado.
De repente se sienten inmersos en otra realidad en la que notan que todo es más simple y más sereno. Empiezan a sentir que aquí el tiempo tiene una dimensión diferente, que no hay necesidad de correr siempre, y que la vida a veces se para porque necesita ser contemplada en silencio. Es una sensación mágica de participación con los ritmos sencillos de la naturaleza.
Una lectora (¡gracias Roberta!) nos ofrece esta maravillosa descripción: “Cada lugar tiene su energía: Menorca emana una energía de paz y de tranquilidad. Siento una tierra salvaje, humilde y amable; hay una energía femenina tranquila y acogedora. Playas de arena suave o playas rojas salvajes, agua capaz de acunarte suavemente. Noto mucha energía femenina en esta tierra… El respeto al medio ambiente es su expresión natural. Respeto a la Madre Tierra. Gratitud a este lugar celestial”.
Algunos consejos para disfrutar del «Efecto Menorca»
Te ofrecemos entonces unos simples consejos si aún no conoces Menorca y piensas visitarla en breve.
No hace falta madrugar y volverse loco para intentar visitar todas las playas y pueblos de la isla en una semana escasa de vacaciones.
Más bien tiene más sentido disfrutar de cada baño, de cada atardecer, de cada simple helado al lado del mar como si fuese el mejor momento de tu vida, ese instante único en el que uno siente internamente que todo es perfecto tanto por dentro como por fuera.
Eso es para nosotros el efecto Menorca. ¿Y para ti qué es?