Chef Riojano Javier Latasa en Menorca
Javier es un chico sencillo, de 38 años con pasión por la cocina y por los grandes viajes. Su trayectoria en la cocina comenzó hace 20 años y desde hace 5 vive en la isla y ejerce como Jefe de Cocina. Sus platos innovadores fusionan el producto de Menorca con el del norte de España. Jugador de ajedrez y de pádel.
¿Cómo fue tu llegada a Menorca?
Llegué hace cinco años por trabajo a través de una página de empleo en la península. Me pareció atractiva y la idea de vivir en Menorca, estupenda.
¿Cuál es tu mejor recuerdo de Menorca?
La primera vez que recorrí la isla en barco por la costa norte y descubrí Cala Pregonda. Es un lugar imprescindible para cualquier viajero. Y añado Cala Turqueta en abril.
¿Qué es lo que más te gusta de la isla?
Sin duda las ensaimadas. He probado, probablemente, las de casi todas las panaderías de la isla y, durante mi día libre disfruto recorriendo los obradores en búsqueda de nuevas recetas. Un poco más allá, puedo decir que mi labor principal en la isla es trabajar, para después disfrutar del invierno, esa dualidad que ofrece la isla es lo que hace que me quede año tras año.
En estos últimos cinco años ¿crees que la isla ha cambiado?
La isla sigue igual, solamente que cada vez hay más gente que puede provocar una sensación de pérdida de identidad.
Habría que poner un límite de alguna forma.
¿Cuál es tu plato preferido para cocinar?
Cualquier preparación de panadería y repostería me satisface mucho. A pesar de que trabajé de pastelero, decidí cambiar a cocinero, ya que los horarios de madrugada no eran para mí. Aquí, en verano, cada mañana, preparo pan casero de fermentación lenta para el restaurante y este año he preparado una Cheesecake con alusión al tomate ferro con sal maldón y aceite de oliva que ha gustado mucho.
En invierno, ¿a qué sueles dedicar tu tiempo?
A disfrutar de la familia y viajar por el mundo mochila en mano. Cuando viajo hago cursos de cocina, por ejemplo, durante mis viajes he hecho cursos de cocina en México, Perú, Tailandia, Indonesia, Vietnam, etc.
¿Con qué sitio te quedas?
Sin duda con Japón. Me parece el país más auténtico, sin contaminación turística, manteniéndose fiel a su identidad.
¿Cómo te has adaptado a Menorca?
Me gusta moverme y socializar, pero es difícil entre turnos de mediodía y noche. Aún así, incluso durante la temporada alta, juego al ajedrez y al pádel. He hecho muchos amigos y conocidos; en Menorca hay muy buena gente. Solamente echo de menos una sociedad gastronómica en la isla, que es una de las cosas que más añoro de Logroño.
Has trabajado en un restaurante estrella Michelin en Logroño, ¿cómo fue tu experiencia?
Realmente muy positiva y motivadora. Estuve en un restaurante con grandes profesionales del sector donde salí preparado para cualquier cosa. Siempre con ganas de aprender y practicar lo aprendido, trabajando con producto de calidad y con grandes exigencias, por lo que, al cumplir las expectativas, la satisfacción personal es muy grande.
Menorca me da la oportunidad de ahorrar, ya que mi sueño, algún día, es montar un restaurante propio en Logroño, con producto de la zona, pequeño y acogedor.