Antoni Vila Delclòs

Por Ariadna Pons Soler

En una casa de tres pisos de Es Mercadal, en Menorca, vive Antoni Vila Delclòs (Barcelona, 1959), un polifacético artista barcelonés de cuarta generación, cuya obra debería ser más estudiada y oficio más considerado. Licenciado en diseño y también en artes y oficios, es pintor, joyero, y fundamentalmente vidriero. También medio menorquín.

Estudiaste diseño. ¿Cuándo decidiste centrarte en el mundo del vitral?

Fue un poco por casualidad. Cuando acabé los estudios, surgió que el Instituto de Estudios Catalanes (IEC) estaba montando un equipo para hacer un estudio sobre los vitrales góticos de Cataluña, y entonces mi padre me preguntó de empezar el proyecto con él, porque yo dominaba la parte de dibujo técnico gracias a mis estudios. Pensamos que sería un proyecto de cuatro o cinco años como mucho, ya que no había ningún estudio anterior, y por poco duró veinte años. El mundo del vidrio, al final, es un mundo de frikis, dice satisfecho.

 

Antoni Vila Delclòs - artista vidriero

¿Cuál es su vidriera favorita?

No sabría decirte una sola vidriera favorita. En la Catedral de Girona se encuentra toda la historia de la vidriera concentrada en una sola iglesia. En el monasterio de Santes Creus (Aiguamúrcia, Tarragona), se encuentra la colección de vidrieras cisterciense más importante de Europa. El Palau de la Música de Barcelona también es una pasada. Si tienes oportunidad de ir, y aprovechas para hacer una calçotada, te digo que vale la pena.

Vila no solo ha participado en el diseño de vidrieras catalanas, sino que su obra se extiende hasta la isla. Ha dirigido la restauración de vitrales de la catedral de Ciutadella (1997) así como también ha trabajado en la capilla del Santíssim de Santa María de Mahón y el rosetón de su ábside (2008). Aun así, no es el trabajo que lo ha conducido a Menorca, cuya unión se remonta a su infancia. Desde el año 64 vengo a Menorca. A mi padre le encargaron un trabajo en la iglesia de Sant Pere Nou de Alaior. Gracias a ese encargo pasamos el verano en Binixems, que actualmente es una casa de colonias. Ese fue mi primer verano aquí y fue una pasada. Más tarde, mis padres alquilaron durante tres o cuatro años una casa en Fornells, hasta que compraron una en el mismo pueblo. Pronto, sus tíos y primos también se unieron para pasar las vacaciones en la isla. Mis hermanos y yo éramos tres, pero mis primos eran cinco por un lado, y nueve por el otro. Cuando íbamos a Es Bruc (chiringuito de Santo Tomás), creían que éramos una escuela.

Vila ha desarrollado toda una carrera como vidriero e historiador de dicha disciplina en Cataluña, destacando ser coautor de cinco volúmenes del Corpus Vitrearum Medii Aevi sobre el vitral catalán editado por l’IEC, y, aunque ha dirigido la restauración de una cuantía de vitrales en monumentos catalanes, no puede sino destacar su colaboración en la realización de las vidrieras de la Sagrada Familia de Barcelona, cuyo autor oficial es Joan Vila Grau, su padre. Es una estructura llena de vidrieras, por lo que uno de los problemas era caer en la monotonía. En el transepto teníamos que representar “Yo soy fuente de agua viva”. Lo representamos como un río que en su nacimiento es alta montaña, fuerte y cabal, y a medida que llega hacia el delta, entonces allí crea vida y vegetación. Para desarrollar esta idea, la parte de arriba es todo azules y movimientos, y a medida que va bajando, ves que se incorporan verdes, amarillos y marrones. No ves un río, no ves plantas, ves colores. 1.367 × 2.048

Potrebbe interessarti anche ☞ I migliori hotel a Es Mercadal

El problema de las vidrieras en Cataluña, es que siempre ha estado considerado un arte menor, cuando es importantísimo. Si vas a Austria, Alemania o Suiza, ves que se le da mucha importancia.

Desde hace cuatro años, tanto la vida de Antoni como la de su mujer Magda ya no se desarrolla en las carreteras catalanas sino en los paseos menorquines. Al mudarse su hija a Menorca, dejaron su residencia del momento en Palau de Plegamans (Barcelona), ya que al ser hija única, pensamos, ¿Qué vamos a hacer nosotros solos aquí? Y vendimos nuestra casa en Cataluña para venir a Menorca permanentemente.

No solo reinventaron su morada sino también su trabajo, al abrir el Nou 47 Atelier en Es Mercadal, donde uno puede comprar y encargar joyas singulares, pinturas paisajísticas y vitrales de colores.

¿Cómo surgió la idea de este proyecto?

Fue un renacimiento total, nunca antes había tenido una tienda, siempre trabajaba con talleres y por encargos. Con la pintura también hacía tiempo que no trabajaba, pero aquí sí que la sangre te llama, fue un reencuentro. Y, con las joyas, es curioso. Mi mujer, al jubilarse, se apuntó a un taller de joyería en Barcelona, y ella me enseñaba lo que hacía. Yo siempre le decía: “¿Por qué no haces esto, por qué no haces lo otro…?”. Y, al final, me dijo: ¡Por qué no te apuntas tú a joyería y haces las joyas que quieras! Y así lo hice.

Ahora que reside en Menorca ¿Cuál es el rincón que más le gusta?

No sabría decir uno solo. Cuando salimos al mediodía a pasear nuestra perra, hacia las tres, y paseamos por cualquier playa o cualquier sitio, Cavalleria o Cala Viola, es una maravilla, disfrutas. O si vas hacia el sur, a La Mola. Por comodidad, mi playa favorita es Santo Tomás. Claro, también hay Macarella, Cala en Turqueta, que son una pasada. A mí me gusta la isla, me gusta toda.

¿Y qué cualidad?

La tranquilidad, sí. Esta manera más pausada de vivir.

(foto joyas) https://www.instagram.com/p/CX5x6IWKU50/?utm_source=ig_web_copy_link

(foto vidral) https://www.instagram.com/p/CRtBnTeBNbW/?utm_source=ig_web_copy_link

https://www.instagram.com/p/BQi86wGAiTw/?utm_source=ig_web_copy_link

Todas las fotografías tienen derechos de autor. Está prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento del autor Autor Antoni Vila Delclòs