Alessandro Castagna: editor de la página web isoladiminorca.com
Alessandro Castagna, italiano, licenciado en Ciencias Políticas y con un Master en Marketing turístico es un auténtico enamorado de Menorca.
Este amor se lo transmitieron sus padres que vinieron a la isla en 1963 de viaje de novios, en una Menorca completamente diferente a la que es hoy en día.
Alessandro visitó la isla por primera vez en 1997 y tras explorarla a fondo, verano tras verano, se mudó definitivamente en Agosto de 2011.
Cuenta que Menorca ha cambiado mucho durante estos años, han aumentado las construcciones, tanto a favor de los turistas como de los locales, han nacido diversos “hoteles de interior o con encanto” que le dan un valor añadido a las principales ciudades, Mahón y Ciudadela.
Han reformado completamente el aeropuerto, hay dos cines y algunos Spa; pero a pesar de todos estos cambios, la isla sigue siendo tan acogedora como siempre, con el ritmo del “poc a poc” del que muchos se enamoran.
De esta pasión de Alessandro por Menorca nació el portal Isola di Minorca, más específico a la vida en la isla respecto a su predecesor Voglio vivere cosí, dedicado a los que quieren cambiar de vida y mudarse al extranjero. En Isola di Minorca, encontramos artículos e informaciones en distintos idiomas a parte del italiano, principalmente en castellano, inglés y francés.
Actualmente es un portal de mucho éxito, con más de 330 mil visitas al año, 32 mil seguidores en Facebook y un grupo “Scoprendo Minorca, l’isola in tasca” en el cual los participantes pueden intercambiar opiniones, hacer preguntas y encontrar informaciones acerca de playas, hoteles, restaurantes y todo lo que necesiten saber sobre la isla.
En Isola di Minorca Alessandro comparte su experiencia y les cuenta a los que quieren mudarse a vivir, que Menorca no es una isla para todos: hace falta humildad y espíritu de adaptación. Para los que vienen de vacaciones, recomienda adaptarse a los ritmos, lugares y naturaleza.
Por las carreteras hay que respetar los límites de velocidad, en las playas hay que recoger la propia basura y no dejar las colillas en la arena. Menorca necesita la ayuda de todos para conservarse y mantenerse limpia, sobre todo en verano cuando su población, entre residentes y visitantes, se triplica.
Isola di Minorca es el punto de encuentro de miles de personas que buscan informaciones y quieren saber dónde alquilar un coche o moto, dónde comer especialidades locales, cómo llegar y cosas de este tipo. Muchas personas, tras visitar la isla, se enamoran de ella y acaban queriendo comprar una casa.
La web tiene diferentes anunciantes menorquines que hacen publicidad de sus productos. Estas publicidades se eligen con mucho cuidado ya que Alessandro prefiere que sean “pocos pero buenos”, y sobre todo contentos con los resultados.
Las informaciones más buscadas en el grupo de Facebook “Scoprendo Minorca, l’isola in tasca” suelen ser qué hacer a parte de ir a la playa, dónde comer, qué tipo de excursiones se pueden hacer, qué pasa en la isla, citas culturales etc.
Muchas familias visitan Menorca y buscan información acerca de qué hacer con niños. También la visitan viajeros con ganas de caminar y conocer las tradiciones de la isla; deportistas que quieren saberlo todo sobre caballos, canoas/kayak, trekking, Camí de Cavalls, snorkel, escaladas…
Alessandro es una persona inquieta, con miles de ideas en la cabeza y ganas de empezar proyectos nuevos. Cuenta que está organizando una serie de citas dedicadas a los italianos residentes y a los que vienen de vacaciones, eventos para descubrir los aspectos más secretos e insólitos de Menorca. También está preparando un nuevo portal sobre otra de sus pasiones, las joyas del mundo.
Concluye explicando que cambió su vida porque en Menorca tiene la sensación de vivir en paz consigo mismo: siente el corazón abierto y la mente más tranquila. En una sociedad interconectada, donde todos se conocen y “se controlan”, en la que todos tienen un Pons o un Florit en su familia.
Para algunos esto puede ser un defecto, pero no para Alessandro al que le gusta esta energía que la sociedad menorquina desprende, un poco como en Italia en los años cincuenta.
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